miércoles, 13 de noviembre de 2013

DÍA 1: MONTEFIASCONE - FIRENZE

Dia 1:   Montefiascone-Montepulciano-Cortona-Firenze
















  

Dónde comer:


Dependiendo de cuándo hayas salido, y de lo que te hayas entretenido, las dos opciones para comer sería en MONTEPULCIANO, o en CORTONA. Nosotros nos quedamos a comer en un restaurante en Cortona, en la Via Güelfa, cerca de la Piazza república. No anoté el nombre, degraciadamente. Para cenar, ya en Florencia, hay multitud de sitios, y seguro que tenéis cientos de recomendaciones. 


Dónde dormir:
Me hospedé en una pensión muy interesante. Buscaba que fuera barata, que fuera limpia, y que tuviera la moto a la vista. Así fue. Habitaciones austeras, pero con un baño totalmente reformado y precioso. Desde la habitación en el primer piso podías tirar un escupitajo a tu moto, casi.  En contra tiene que es "demasiado austera" -no esperes noches románticas-, y que está en un barrio en las afueras de Florencia -pero llegar con moto hasta el centro es rapidísimo, unos 5 minutos y casi sin semáforos-. Además, está al lado de la estación de Firenze-Rifredi, por lo que se puede ir en tren, si no estás interesado en moto. El alberguista, Antonio -el padre, porque por allí también rondan los hijos adolescentes y la madre- es muy simpático y divertido. Además es muy fácil de ubicarse en Florencia y llegar hasta allí, porque está al lado del hospital "Meyer", y hay indicaciones en toda la ciudad.  En la próxima página os cuento dos problemas más de esta pensión -el calor y los mosquitos- y la eficiente solución del alberguista.


 Albergo Cinzia. Via Ragazzi del 99, nº 12,  Precio habitación doble sin desayuno: 55 euros en Agosto del 2013 



Qué queda pendiente:

Orvieto: Al comienzo de la ruta, es una población muy interesante. La obviamos porque no se puede escoger más de dos paradas por día, si uno quiere ir bien de tiempo.
Cortona:  Aunque visitamos brevemente la ciudad, merecía más intensidad. Al no saber dónde dejar el equipaje, y pillarnos cansados y con pocos quilómetros hechos, nos obligó a acelerar. Quien sabe si no sería un buen sitio para hacer final de etapa, y así acortarla. 
Arezzo: Cabía la posibilidad de volver en los días posteriores, o sea que para ahorrar tiempo, eliminamos esa ciudad de la ruta, y fuimos directamente a Siena.

El detalle:

En alguna guía, o revista, leí que era bonito, yendo en moto, llegar a Montepulciano desde la carretera del Val d'Orcia. De esa manera vas viendo la montañita con el pueblo encima desde lejos. 

En la oficina de turismo de Montepulciano nos atendieron divinamente. Además, todo sea dicho, la chica que nos atendió guapísima y muy muy amable. 


Es necesario tener en cuenta:

Hay que tener en cuenta que en toda esta ruta vas con las mochilas y el vestuario de motero largo. Es decir, no es cómodo visitar las ciudades. Si hace buen tiempo, es recomendable ir de vaqueros. La ruta no es complicada, y se hace necesario pasar una horita como mínimo paseando por los dos sitios indicados. Nuestras alforjas eran de tela, y se podían abrir, o sea que las dejamos en la oficina de turismo de Montepulciano, pero estuvimos con miedo en Cortona, ya que las tuvimos que dejar en la moto. Algo a tener en cuenta.

 La ruta:



Ver mapa más grande

El caminito desde la salida de Montefiascone hasta el pueblecito de Bolsena es delicioso, viendo entre curvas el lago que se convierte en el protagonista de ese trayecto. Bolsena es un pueblecito de playa sin playa. El lago le da la vida y el turismo típico de una población, y te sientes paseando por Calella, o Castedefells. Merecería la pena pararse, de no ser por lo largo del trayecto que nos queda.







A pesar de que la ruta estaba marcada para ir después en dirección a Orvieto, en la delegación de turismo nos recomendaron directamente ir por San Lorenzo, Acquapendiente, y de ahí subir hasta San Quirico de Orcia, y hacer nuestra primera parada-desayuno en Montepulciano. Nos recomendaron parar en Pienza, pero la ruta no nos daba más de sí.



Montepulciano
Y efectivamente, Montepulciano es una parada preciosa. Si tienes problemas con las mochilas de la moto, o algo parecido, ve a la oficina de turismo. A nosotros nos guardaron cascos, chaquetas y maletas. Algo muy de agradecer, pues hacía un calor impresionante como para ir con todo el equipaje. La población es deliciosa de pasear, aunque entra dentro de las "villas turísticas" de la zona: mucho turista, mucho restaurante, y mucha tienda para turistas. De esa manera, todas estas ciudades pierden un poco su encanto. Sin embargo, intentar perderse por sus callejuelas sigue teniendo momentos maravillosos.

Las vistas desde Montepulciano son extraordinarias


 El paso siguiente, no muy lejos, estaba en Cortona.  Y para allí que nos fuimos, hambrientos y con ganas de descansar un poquito


Cortona, desde abajo
Después de un paseo por sus calles, continuamos ruta hasta Cortona, otro precioso pueblo, que merecía más intensidad, pero que nos pillaba ya algo cansados. En este caso, nosotros decidimos hacer comida allí, en un restaurante precioso, en una calleja lateral al lado de la plaza principal (quizás era la via Guelfa?). Italia es cara, pero con un plato de pasta uno ya tiene suficiente para reponer fuerzas. Aunque eso depende del presupuesto y el hambre de cada uno.

Gnocchi al pesto

Callejuelas de Cortona

Oh! Que bella ragazza!


Vistas desde Cortona


Piazza della Republica, en Cortona
El día avanzaba, y aún quedaban muchos quilómetros. Además, después de visitar un par de sitios, ya andábamos un poco cansados, porque no es lo mismo visitar, que visitar con la tensión de tener el equipaje en la moto. De esa manera, decidimos acelerar, e ir hacia Siena, desde donde cogeríamos la autovía que nos llevaría a Firenze. Ochenta quilómetros de una autovía bastante estropeada y de la que no se puede abusar mucho, por sus curvas, su tráfico y sus baches. Sin embargo, nos hizo llegar a Florencia a tiempo para la puesta de sol.

El famoso Ponte Vecchio, en Firenze. No te cansas de verlo, ni de fotografiarlo.


Florencia de noche



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